Centro Quiropráctico Benet

Hernia discal

Hernia discal

Los discos intervertebrales son los encargados de amortiguar el rozamiento y la presión entre las vértebras que se produce con nuestros movimientos cotidianos.

Está compuesto de un material gelatinoso que se encuentra recubierto por una envoltura fibrosa. Un golpe, una mala postura, o el levantamiento de un peso de forma indebida, aumenta la presión en el disco produciendo una protuberancia o incluso pudiendo llegar a hacer que se rompa la envoltura fibrosa y provocando un derrame del material gelatinoso que se encuentra en el interior del disco.

Este material gelatinoso que sale al exterior del disco, toca las raíces nerviosas o la médula espinal provocando un fuerte dolor y síntomas variados afectando a los brazos y piernas y a muchas funciones vitales de nuestro organismo.

El objetivo del tratamiento quiropráctico, es reducir la presión que ejercen las vértebras sobre el disco, para permitir que la envoltura fibrosa se recomponga y el disco recupere su forma normal.

Solución quiropráctica

El cuidado quiropráctico utiliza una técnica no agresiva para el paciente que ha demostrado dar muy buenos resultados para ayudar a la recomposición de los discos vertebrales herniados.

Mediante suaves movimientos en la columna, su quiropráctico mejora el funcionamiento de las vértebras, sus articulaciones y los discos adyacentes a ellas de una manera completamente indolora. La base del tratamiento consiste en reabsorber parte del disco y apartarlo de la raíz nerviosa, eliminando el pinzamiento y, por tanto, consiguiendo reducir o eliminar por completo el dolor. Además, la hernia se verá liberada de la presión que ejercen las vértebras permitiendo de esta manera que el disco herniado se recomponga de una manera más rápida.

El tratamiento quiropráctico evita la cirugía en la mayoría de los casos. Es un tratamiento inocuo y elimina los riesgos que toda intervención quirúrgica conlleva. Además, libera al paciente de sufrir las largas recuperaciones postoperatorias de la cirugía.

Las estadísticas confirman que solo el 50% de los pacientes que recurren a la cirugía obtienen una notable mejoría.

El otro 50% puede llegar a empeorar o, en el mejor de los casos, no experimentan ningún progreso. Por tanto la quiropráctica constituye un buen tratamiento a probar antes de recurrir a soluciones que pueden resultar agresivas para el paciente. La mayoría de los pacientes que recurren al ajuste quiropráctico experimentan notables mejorías, haciéndose innecesario recurrir a otros tratamientos.

Podemos observar la evolución en la regeneración del disco L4-L5 de un paciente quiropráctico tras 14 meses de ajustes específicos.